Bajó del avión, tomó su maleta y entre la muchedumbre buscaba enojada a un hombre, al hallarle, lo señaló y le dijo: “¡Te voy a demostrar que te equivocas!”.
Así de contundente era Fanny Blankers-Koen, quien aquella tarde de verano de 1948 encaró a un reportero que la llamó “vieja” y escribió “que mejor se quedara en su casa a cuidar a sus hijos”. ¡Qué arrepentido quedó de sus palabras! Pues semanas después, aquella mujer, esposa y madre, de 30 años de edad que lo abordó frontalmente, se convertiría en la primera en la historia de los Juegos Olímpicos que ganaba cuatro medallas de oro en una misma edición.
Fanny, con su velocidad y su carácter, trazó las primeras brechas de un camino radiante para las futuras generaciones de mujeres que buscaban escribir su historia en el atletismo.
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Récords mundiales rompió en su carrera, en pruebas de velocidad, vallas, altura, longitud y pentatlón
Fanny nació el 26 de abril de 1918, en Baarn, Países Bajos. Desde pequeña practicó deportes y aunque inició en la natación fue su propio entrenador quien la invitó a salir de las albercas y probar suerte en las pistas.
A los 18 años de edad debutó en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936: fue 6ª en salto de altura y 5ª con el relevo 4x100m, pero lo que más atesoraba de esos Juegos fue el autógrafo que le dio Jesse Owens, que ganó allí cuatro oros; entonces Fanny no imaginaba que 12 años después, haría la misma hazaña por la que tanto admiraba a Owens.
Dos años después fue medallista en los Campeonatos Europeos (100m y 200m); pero solo la II Guerra Mundial pudo frenar su ascendente carrera, pues a causa de las dificultades bélicas, se cancelaron los Juegos de 1940 y 1944.
Quizás el deporte se convirtió en su mejor aliado durante el periodo de ocupación alemana en su país, pues Fanny siguió entrenando al lado de su coach Jan Blankers (quien por cierto, compitió en el salto triple de los Juegos Olímpicos de Amsterdam 1928).
Su esposo Jan era uno de los más férreos detractores de la participación femenil en el deporte, pero gracias a Fanny todo cambió. Al ver su desempeño, dedicación, disciplina y tenacidad, se convenció de apoyarla incondicionalmente.
Se casó con él y en 1941 tuvo a su primer hijo y cuando todos pensaban que las sesiones deportivas habían terminado para ella, unas semanas después de dar a luz, regresó a los entrenamientos.
El 20 de septiembre de 1942 igualó el récord mundial de 80m vallas (11.3, Claudia Testoni) y ganó cuatro títulos en los Campeonatos Europeos de 1946. Un preludio más que promisorio para regresar al escenario olímpico.
Los Juegos de Londres 1948 fueron la primera justa tras finalizar la II Guerra Mundial. Allí compitió Fanny concentrada “únicamente” en cuatro eventos, pues solía participar hasta en seis.
Los 100m se compitieron el nublado frío y lluvioso 2 de agosto y aunque la pista de arcilla era lodosa, Fanny ganó con 11.9 segundos. El 4 de agosto corrió la final de 80m vallas donde rompió el listón en 11.2 segundos para un nuevo récord olímpico y su segundo oro. Dos días después, salió desde el primer carril, para ganar los 200m con el margen más amplio que se haya visto en unos Juegos: 70 décimas de diferencia sobre el segundo sitio y así se agenció su tercer oro y un nuevo récord olímpico (25.7s); la última vez que escuchó el Himno Nacional de Países Bajos fue el 7 de agosto, cuando el relevo 4x100m llegó a la pista de arcilla, Fanny recibió la estafeta en tercer sitio y cruzó la meta en primer lugar.
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Títulos nacionales ganó en su carrera; el último lo ganó en 1955 en impulso de bala
“Recibí muchas cartas de gente que decía que debería quedarme en casa con mis hijos y que no se me debería permitir correr en la pista que ¿Cómo lo haría? ¡Pues con shorts muy cortos!”, confesó casi 40 años después ‘La ama de casa voladora’ en una entrevista para el New York Times.

A pesar de los prejuicios, críticas y señalamientos de los extranjeros, de vuelta a las tierras neerlandesas, Fanny fue recibida como una heroína y entre una euforia tan grande como cuando los alemanes desocuparon su país. Sus vecinos reunieron dinero para regalarle una bicicleta y dijo uno de sus frases más recordadas: “¡Todo esto por correr tan solo unos pocos metros!”.
Fanny se retiró en los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952, sin subir al podio.
Al retirarse, Fanny fue entrenadora del equipo neerlandés por una década (1958-1968). En los Juegos Olímpicos de México se reencontró con su ídolo Jesse Owens a quien preguntó: “¿se acuerda de mí?” y fue grande su sorpresa cuando el estadounidense, alegre, dijo: “¡claro que sí!”.
En 1988 recibió la Orden Olímpica y en 1999 fue nombrada la Atleta Femenina del Siglo XX por World Athletics, que eligió como Atleta Masculino del Siglo XX a Carl Lewis.
Fanny falleció el 25 de enero de 2004 en Hoofdrop, Países Bajos. Fue la primera atleta holandesa que ganó un título olímpico, la primera mujer que ganó cuatro oros en unos mismos Juegos y también la primera mamá en lograrlo.

Anualmente se realiza una reunión atlética en su honor, en Helengo, Países Bajos, los ‘Fanny. Blankers-Koen Games’ que un tiempo formaron parte de la Diamond League.
Fanny dejó un legado histórico para todas las mujeres, mamás y atletas del mundo: confirmar que es posible brillar aunque la sociedad no siempre esté lista para ver tu destello.